Hace décadas era común que se fuera la luz de vez en cuando, y muchas familias sabían cómo apañarse durante horas sin electricidad. Hoy, sin embargo, dependemos mucho más de la red eléctrica y de tecnologías que nos conectan a todo. Además, una parte importante de la energía que consumimos viene de fuentes renovables, que son muy necesarias, pero no siempre constantes: dependen del viento, del sol… y no siempre producen cuando más lo necesitamos.

Por eso, cuando se va la luz, especialmente en apagones grandes e inesperados como el que se ha vivido recientemente, lo primero es mantener la calma y actuar con cabeza. Lo primero que debes asumir es que si no funciona con gas, no va a funcionar. Toca desconectarnos de lo digital, centrarnos en lo esencial y seguir unas pautas básicas que te pueden ayudar a pasar el momento sin mayores complicaciones.

Desconecta electrodomésticos y aparatos electrónicos para evitar que se estropeen cuando vuelva la luz. Deja solo una lámpara encendida como señal. Si necesitas luz, usa linternas, luz del móvil o velas pero con cuidado.

Mantén la nevera y el congelador cerrados. La comida dentro se conservará más si no abres la puerta constantemente. Come primero lo que pueda estropearse más rápido. Si tienes conservas o platos preparados (como las MRE caseras), este es su momento.

Asegúrate de tener agua potable a mano. Si tienes hornillo de gas o camping gas, úsalo con ventilación adecuada. Si no, recurre a alimentos que no necesiten cocinado.

Los móviles no durarán para siempre. Usa el tuyo solo para lo esencial. Si tienes baterías externas, mejor aún. Si tienes radio a pilas o una solar, úsala para seguir noticias. Y desconecta un poco hay vida sin pantalla.

Si hace frío agruparse en una habitación, cerramos puertas, etc. Esto da para otro post.

Habla con quienes vivan contigo. Pasad el rato con juegos de mesa, conversación, lectura… Lo más importante es que los más vulnerables entre ellos los niños y mayores se sientan seguros y cómodo. El apagón puede ser largo, pero no durará para siempre.

Cuando todo vuelva a la normalidad, reflexiona ¿Qué echaste en falta? ¿Qué te hubiera venido bien? Poco a poco puedes montar un pequeño kit entre ellos linterna, pilas, conservas, agua, mantas, cargadores portátiles… No hace falta tenerlo todo de golpe, pero cada paso te hace estar más preparado.

Prepararse no es de locos y menos una moda ni una exageración. Es una forma de estar tranquilo cuando el mundo se complica un poco. Y tú puedes empezar hoy, con cosas sencillas, desde casa como hemos ido explicando.

Déjame en los comentarios que tal ha sido la experiencia y como mejorar.

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